Entre todos preparamos la jornada, en la que pretendimos juntar ocio y movimientos sociales, pero de aquella surgió una idea aún más grande que la inicial, que surgió por parte de todos los asistentes: el fuerte de San Cristóbal se transformó en un espacio liberado, donde pasaríamos a reunirnos todas las semanas para arreglarlo y hacer de él un lugar en el que aprender los unos de los otros, construir, pasarlo bien, hablar de temas políticos, sociales, etc. En resumen, como ya hemos dicho, un espacio liberado.
Un espacio horizontal para aprender y divertirse
Han pasado varias semanas y cada vez más jóvenes se han ido uniendo. Todo el mundo está invitado a participar y todos los que participan son los encargados de organizar lo que se hace en el fuerte. Las decisiones las tomamos entre todos, en dos asambleas a la semana, en las que ponemos las cosas en común y trazamos los próximos pasos que vamos a dar.
Esta manera de llevar las cosas hace que todos los participantes nos sintamos dueños del proyecto y pongamos tanto de nuestra parte en él, trabajando para mejorarlo dentro de nuestras posibilidades. Todos proponemos, decidimos, y trabajamos por llevar lo decidido adelante. Por tanto, todo el que quiera participar no tiene más que acercarse, participar en la asamblea y estar dispuesto a construir colectivamente el espacio.
Una herramienta para los colectivos sociales
El Huerti, como ya se habrá observado, no es sólo un espacio físico; es también una red colectiva de jóvenes. Entre los participantes hay muchas ganar de aportar lo que esté en sus manos para cambiar todas esas injusticias de las que nos lamentamos día tras día. Por eso en el Huerti los colectivos que quieran llevar luchas antifascistas y anticapitalistas pueden hacerlo participando en las jornadas y organizando sus propias actividades. En ese sentido, los diferentes movimientos sociales, aunque algunos contrapuestos, hemos puesto la tolerancia mutua como base de las relaciones en el fuerte. Funciona así como un foro de debate, información y participación conjunta.
El Huerti no es de nadie y es de todos. Nadie acapara el movimiento, por lo que nadie monopoliza el espacio. Queremos que los jóvenes pacenses se animen y acostumbren a hacer suya la sociedad y a luchar por transformarla, siendo personas activas, críticas y consecuentes con sus ideas. Por eso, la asamblea es nuestro único "gobierno", por lo que si te gusta el proyecto no dudes en formar parte y dejar oír tu voz en ella.
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