No queremos al ejército en Badajoz

Si los medios de comunicación contribuyen decisivamente a configurar el pensamiento de un pueblo, está claro que los actuales nos quieren con una mentalidad bélica y sumisa. La última burrada amplificada por estos voceros del poder es la afirmación de Guillermo Fernández Vara de que “todo lo militar despierta mucho afecto en esta tierra”. Lo dijo con ocasión del anuncio de Badajoz como la ciudad en la que se celebrarán los actos del Día de la Fuerzas Armadas el próximo 30 de mayo a los cuales, según lo previsto, asistirá también el rey.

Nos configuran a base de repetición y machaque una realidad que no lo es tal. Es una vergüenza que el ejército, cuyo fin es la destrucción y la muerte, pise nuestras calles en tono triunfal, con gran y espectacular despliegue. Nosotrxs no hemos elegido que nos “defienda”. Nosotrxs no hemos elegido que nos domine.

La megamáquina, la sociedad del consumo y del escaparate, la democracia parlamentaria, vista el color político que vista, tiene su brazo armado en el ejército. Los intereses de los capitalistas de las diferentes naciones ricas se benefician de él para conquistar mercados. Los soldados de este ejército que ahora pintan tan humanitario están en Oriente Medio matando al pueblo, pacificando poblaciones enteras, cómplice con el ejército estadounidense y por extensión con sus barbaries empresariales, todo por el vil petróleo. Sin ejército no habría Imperio, sin ejército podría abrir sus alas el pueblo porque, lo pinten como lo pinten, un ejército es lo más opuesto a democrático que puede existir. Es la más extrema expresión de la jerarquía, la autoridad y la delegación de nuestros propios razonamientos en un ente superior, el oficial y, en última instancia, el poder político del Estado.

Con el capital que se emplea en los presupuestos militares podría desarrollarse el mundo subdesarrollado. Sin embargo, paradójicamente, esto nunca será posible bajo el capitalismo, basado en el control de mercados y en la competición. El Capital y el Estado hicieron buenas migas desde el principio.

No queremos al ejército en Badajoz. Lxs pacenses luchadores por la libertad sentiremos vergüenza el día 30 de mayo, cuando veamos a los políticos de turno haciéndose la foto con el Rey y con la ministra de Defensa (y Ataque). Nos sentiremos así porque por la televisión dirán, sin salirse de su línea, lo orgullosxs que estamos de las Fuerzas Armadas, lo estrecha que es nuestra relación, lo bonitos que son los uniformes. Y harán pasar todo esto por verdad, la Verdad que veremos a la hora de comer en nuestros aparatos, aunque en realidad sea todo una gran mentira.

Nestor Beñat