martes, 15 de diciembre de 2009

Insurrección en Grecia: Reflexiones, sucesos y comunicados sobre el levantamiento

La revuelta en Grecia ha demostrado los sentimientos reales de la población, de la juventud sobretodo, pero no solo. El hecho de que no se parase la lucha aún cuando se sabía que el estado iba a tomar represalias contra los policías que llevaron a cabo el asesinato indica que se sabía que no era un hecho aislado sino parte del capitalismo, y que por tanto seguirían sucediéndose hechos similares. La gente no quería tapar uno de tantos errores del sistema sino mostrar con acciones el rechazo a un sistema que necesita de dichos “errores” para mantenerse. De la misma forma que el hambre en el Tercer Mundo no se sacia con donaciones sino mediante la formación de una sociedad justa e igualitaria, los asesinatos policiales no se solucionan reprimiendo al asesino sino eliminando el monopolio de la fuerza por parte del estado.

Pero tampoco hay que engañarse respecto a los objetivos de la revuelta, la mayoría de los manifestantes declaraban motivos de orden económico, aunque les hubiese empujado a la lucha el asesinato de Alexandros. Las fallidas reformas económicas han sido más importantes a la hora de desatar la furia que el odio contra el sistema como un todo. Lo que es interesante atisbar en las movilizaciones es el alcance de unas herramientas que les permitan subir a cumbres más altas. Cuando los medios son limitados no existe la posibilidad de alcanzar fines ilimitados, pero al recoger las armas de largo alcance que los anarquistas griegos han difundido, para una buena parte del pueblo griego se presentan mayores probabilidades de atacar al sistema en su totalidad en un futuro . Poder es querer, y no al revés. Si lo pacífico y el diálogo solo sirven para reformas parciales que serán contrarrestadas por retrocesos en otros ámbitos, la respuesta decidida contra los que solo ofrecen un diálogo contaminado desde el principio desenmascara al verdadero enemigo, aquel contra el que hay que luchar incesantemente.

Respecto a las posibilidades que nos abre el momento actual, el enemigo real solo se vislumbra en momentos de conflictividad generalizada, nunca a escala reducida. Miles de Atenas en llamas repartidas por todo el mundo nos llevarán a la verdadera zona de combate, hasta entonces solo cabe prepararse y abrir el camino poco a poco, en todos los frentes. La única lucha real es aquella que se enfrenta al núcleo escondido tras los fantasmas de los falsos enemigos y aliados. La realidad de la lucha se descubre tras ganar la lucha por lo real.

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